PUEBLO MÍO, VENGO A VERTE. A PASAR CONTIGO UN DÍA.

EL SECRETARIO

En la sencillez de estas palabras hay un sentimiento muy profundo de respeto y de estima hacia algo que no se considera propio. Se las dirigía Javier Sancha a nuestro pueblo hace un par de años.
Es difícil describir lo que sentía Javier por Pineda Trasmonte. Era un hijo adoptivo que llegó a empadronarse aquí, aunque descendiera de Itero del Castillo. Puso mucho esfuerzo, ilusión y tenacidad para que el pueblo despertara y no decayera más de lo que el tiempo se necesariamente. Llegó a Pineda en 1985 y, poco después, comprobó que la escuela se cerraba definitivamente. El no era más que un funcionario, pero lo sentía como propio. Perder la escuela era soltar un eslabón más de una cadena que no se pararía. Panaderías, bar y un suma y sigue en la sangría. Le dolía de verdad y lo decía no pocas veces. En el ayuntamiento, en el bar, a la puerta de la iglesia… expresaba su resistencia a que Pineda muriera. Tal vez éste era uno de los motivos por los que expresaba una entusiasmo desbordante: ¡Resistencia! .

Muchas de las iniciativas que surgieron a partir de 1985 llevan su sello aunque, como él dijo siempre, fueron de la Corporación Municipal correspondiente. Esa palabra sonaba por doquier. De su entusiasmo surgió aquel homenaje a los mayores en 1987. No se trataba de ningún paripé cazavotos. Se buscó con mimo a los presentes y a los ausentes, se encontró el nieto oportuno para que todos se sintieran bien acompañados y queridos y se celebró una misa de acción de gracias. Pero a él le gustaba siempre inmortalizar el momento. Por eso hubo fotógrafo oficial y conservamos su instantánea en la foto que hoy preside el salón de plenos del ayuntamiento. Javier pensaba una y otra vez que Pineda era de todos, pero era preciso reconocer a cada uno su aportación. En este caso eran los abuelos, otra vez fueron las madres… cuando alguien se siente querido da lo mejor de sí mismo allí donde se encuentra.
Y comenzó el Pinediense Ausente, que cumple ya 22 años. Muchas horas de secretaría con Basi, concejal de cultura en aquel entonces, empleadas en recoger direcciones. En el inicio, como ahora, estuvieron muchos y lo hicieron muy bien, pero Pineda no estaba acostumbrada a este tipo de movilizaciones… ¿cuándo se había organizado un evento para 600 personas? La idea cuajó y hoy estamos todos orgullosos, pero también agradecidos al alma mater que lo puso en marcha.
Lo mismo sucedió con Telepineda. Las fiestas patronales empezaban a grabarse en vídeo (estamos en 1985) y a reproducirse en el Bar Rosamari. Era el primero en otear la procesión desde la iglesia o desde la ermita para inmortalizar la actividad del momento. ¡Cuánta gente quería verse! Era el boom de la televisión y así lo comprobamos pocos años después. Con la llegada de los canales privados (Tele5, Antena3, Canal+) a primeros de los 90, Pineda fue el primer pueblos de la zona en apostar por ello. Mientras otros esperaban la llamada de Diputación Provincial, Pineda se lanzaba con el proyecto más original: Telepineda. De 1992 a 1994 tuvo un canal privado de televisión con producción, equipos y contenidos propios. Diario de Burgos dedicó una página completa en su sección de Ribera, titulando Está usted viendo Telepineda.
Su Citroën BX gris le delataba una y otra vez, como si de una noticia se tratase. Le gustaba animar y para eso había que estar el primero, a veces todos los días de la semana. Sabía que la gente de Pineda es muy buena, pero necesita la chispa para arrancar. La chispa era un ¡vamos!, una propuesta, una novedad… para comprobar que al poco tiempo se materializaba. Reconocía una y otra vez que Pineda era un pueblo donde funciona a la perfección la prestación personal, pero era necesario hacérselo creer. Como un Obama soñador decía siempre ¡Podemos!
Ahora nos ha dejado, en plena celebración del Pinedense Ausente. Aparecerá en el memorial de difuntos del XXIII Pinedense Ausente. Cada barbacoa, cada foto, cada juego… será un recuerdo agradecido a quien creyó que nuestro pueblo podía ser mejor y no se conformó con atenderlo bien.
Gracias, Javier. Gracias, Secretario. [AGOSTO 2013]

Canción del, para y por el Pinediense Ausente

Déjame pueblo que llore, quiero tus piedras besar,
¡ay! Pineda no te mueras de abandono y soledad,
Déjame pueblo que llore, quiero tus piedras besar,
¡ay! Pineda no te mueras de abandono y soledad.

pueblo mío vengo a verte, a pasar contigo un día,
y el alma se cae de pena al ver tus casas vacias,
ya no hay niños en la escuela y alguna tapia ha caido,
ya no hay cura ni maestro, ni mozas que ya se han ido.

Déjame pueblo que llore, quiero tus piedras besar,
¡ay! Pineda no te mueras de abandono y soledad,
Déjame pueblo que llore, quiero tus piedras besar,
¡ay! Pineda no te mueras de abandono y soledad.

Si que suenan las campanas y anda muy bien el reloj,
Todo es nostalgia y silencio, ya no hay canciones de amor
Solo veo a una viejita, en una piedra sentada,
Que aumenta más mi dolor, al ver su cara asustada.

Yo te amaré pueblo mío, aquí vendre a trabajar,
A darte vida y amores, y tus campos levantar,
Yo te amaré pueblo mío, aquí vendré a trabajar,
A darte vida y amores, y tus campos levantar.

Mis manos harán tu casa, tus campanas tocarán,
Tendrás niños que te canten, tendrás vida y tendrás pan,
Tendrás fiestas en tu iglesia, y flores en tus ventanas,
Y mozas para bailar, tu mejor jota serrana.

Déjame pueblo que llore, quiero tus piedras besar,
¡ay! Pineda no te mueras de abandono y soledad,
Déjame pueblo que llore, quiero tus piedras besar,
¡ay! Pineda no te mueras de abandono y soledad.

Javier y Carmina

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